Las manos lo tocan todo y son el refugio perfecto para todo tipo de bacterias y virus. Un simple gesto, lavarse correctamente, puede evitar el contagio de muchas enfermedades. 

Según la OMS, el 25% de las infecciones respiratorias se puede evitar solo con este hábito. Una rutina que hay que repetir cada vez que sea necesario: antes y después de cocinar y de comer,  después de ir al baño o cambiar a un bebé, tras estornudar o toser, después de sacar la basura, después de tocar dinero o mascotas, visitar a un enfermo o viajar en transporte público, antes de salir de casa. Lavarse las manos solo con agua no es suficiente. Hay que utilizar jabón o una solución hidroalcohólica. El lavado debe durar, como mínimo, 20 segundo y hasta aproximadamente 1 minuto. Es importante el secado: con una toalla de algodón limpia si estamos en un sitio de confianza y con papel o secador si es un lugar público. 

 

Adoptar buenos hábitos de lavado de manos es la mejor forma de reducir la cantidad de microbios de las manos y ayudar a prevenir la infección.

  1. Después de ir al baño
  2. Después de sonar su nariz/toser/estornudar
  3. Antes y después de comer
  4. Después de usar el transporte público
  5. Después de estar en lugares públicos
  6. Antes de ponerse la mascarilla y después de quitársela